Friday, August 31, 2012


¿Qué? Almuerzo y diálogo comunitario: El impacto transfronterizo de la Guerra contra las Drogas.
¿Quién? El poeta Javier Sicilia y Caravaneros por la Paz con Justicia y Dignidad y la diversa comunidad de Chicago.
¿Cuándo? Lunes, 03 de septiembre, del mediodía a 4 p.m.
¿Dónde? Museo Nacional de Arte Mexicano 1852 W 19th Street Chicago IL 60608.
Todo el mundo es bienvenido a traer comida o bebidas para compartir con las Caravaneros.



Caminando por las víctimas de la violencia generada
por la guerra contra las drogas

Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, iniciativa binacional

La guerra contra las drogas ha generado un desgaste social con dolorosas consecuencias para nuestros países, como la corrupción e impunidad. Prueba de ello es que en México se ha generado una violencia de más de 70 mil muertes y 10 mil desapariciones. Esto está íntimamente vinculado a la política de seguridad regional de los Estados Unidos, que ha desatado zonas de violencia generalizada,  violación de derechos humanos y el grave deterioro del estado de derecho. Frente a ello, reconocemos que la prohibición de drogas ha fracasado.

Esta política ha permitido un círculo vicioso de consumo de drogas, compra ilegal de armas y un sistema financiero sostenido por lavado de dinero, todo avalado por una relación bilateral que ha alimentado una estrategia de guerra, y arrasado con grupos vulnerables como las y los migrantes. Esto ha ido sosteniendo la reproducción de la violencia y muerte y de un tejido social desgarrado. Y, además del dolor, de la muerte y del sufrimiento de miles de familias, nuestros mismos gobiernos vuelven a victimizar y criminalizar a quienes buscan justicia y dignidad.

En esta emergencia nacional en México, corresponde a las sociedades y a los gobiernos de ambos países tomar responsabilidad frente a los daños generados. Nuestros gobernantes son responsables de haber tratado el problema de la droga como un asunto de seguridad nacional y no de salud pública. Así mismo, bajo este enfoque han enfrentado su guerra con instituciones que no respetan el estado de derecho y han sido permeadas por el crimen organizado. Nuestros países han fallado en su obligación de proteger a su gente y defender sus derechos y con ello se han hecho cómplices.

Ante lo que vivimos víctimas, ciudadanía, organizaciones civiles de México y Estados Unidos hemos decidido participar en la Caravana por la Paz con la esperanza de encontrarnos como vecinos en un diálogo fraterno pero crítico que abone a la justicia y dignidad y, a través de ellos, a la paz tan necesitada. Nos mueve el amor por nuestros hijos e hijas asesinados, por nuestros desaparecidos y desaparecidas, por las y los huérfanos; por nuestros policías y militares caídos en cumplimiento de su deber, tanto los que actuaron con honestidad como los que fueron corrompidos por el crimen organizado. Nos mueve el dolor de los cuerpos enteros o desmembrados encontrados por cientos de fosas clandestinas, por la niñez secuestrada, las mujeres desaparecidas, los periodistas asesinados, los torturados; así como la inseguridad para el transito por los territorios y los tratantes de personas que se ensañan especialmente con los millones de migrantes de centroamérica que cruzan México en busca del sueño americano. Nos mueven los homicidios relacionados con la prohibición de drogas o la falta de control de armas que también ocurren en Estados Unidos, las miles de personas encarceladas por delitos no-violentos de drogas, los huérfanos, los y las muertos por sobredosis y enfermedades transmisibles, los secuestros y la extorsión, especialmente con migrantes y otras comunidades marginalizadas. Así como todas aquellas y aquellos que fueron orillados al crimen a causa de la violencia estructural.

El 12 de agosto, mexicanos entraremos a territorio Estadounidense y recorreremos una ruta de más de 25 ciudades en un mes. Nuestro mensaje es de paz: todos somos parte de la misma familia humana. Nuestro recorrido es de forma pacífica, con el corazón abierto y la esperanza de encontrarnos, mirarnos, hablarnos fraternalmente con las víctimas de nuestros países vecinos; porque consideramos que los daños que vivimos están vinculados a políticas erróneas que queremos que sean cambiadas:

Sobre las políticas de guerra contra las drogas. Proponemos la necesidad de encontrar una solución integral, con un enfoque multidisciplinario e intergeneracional que coloque a las personas, su bienestar y su dignidad, como centro de las políticas de drogas. Hacemos un llamado tanto a la sociedad mexicana como a la Estadounidense a abrir y mantener un dialogo sobre alternativas a la prohibición basado en hechos, que sea incluyente y considere diversas opciones para regular las drogas.

Sobre el tráfico de armas. Detener inmediatamente y prohibir la importación de las armas de asalto a los EU, porque muchas se envían de contrabando a México. Aumentar la capacidad regulatoria de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego en las regiones donde se abastece el contrabando de armas a México, en especial, en los estados fronterizos como Arizona y Texas. 

Sobre lavado de dinero. Dar pasos concretos que los gobiernos de ambos lados pueden tomar para combatir el lavado de dinero en una manera seria. Exigir rendimiento de cuentas a instituciones financieras a traves de mayor vigilancia, investigaciones, multas ejemplares y, cuando sea necesario, consecuencias penales. Hacer que el lavado de dinero sea una prioridad real en combatir al crimen organizado.

Sobre la política de ayuda exterior. Cambiar el enfoque de guerra por un enfoque de seguridad humana y ciudadana que fortalezca el tejido social; y con ello suspender el financiamiento militar a México. La “responsabilidad compartida” tiene que empezar con el respeto mutuo y que cada país cumpla con sus respectivas leyes nacionales

Sobre migración. Cambiar las políticas que han llevado a la militarización de la frontera y la criminalización de los y las migrantes, aquellas que han generado una crisis humanitaria sin precedentes. Proteger la dignidad de las personas que son desplazadas por la violencia y huyen buscando protección.  





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